domingo, 18 de diciembre de 2011

Lo importante es el aprendizaje

Quizás alguien tenía que decir esta obviedad. Ni la tecnología, ni la metodología. Nosotros estamos en lo del aprendizaje. Me refiero a nosotros los docentes, claro.

No estamos en acabar o no acabar con las editoriales. Ni en liberar o no liberar al mundo del software propietario. Ni en expandir o criticar la buena nueva de la educación 2.0. Ni en enaltecer o hundir determinado dispositivo móvil, ordenador, pizarra interactiva o aplicación en línea.

Vale. Quizás eso sea necesario. Y importante, también, para muchos.
Pero para mí no lo es. Lo siento. Pido perdón por ello. Y por insistir.

Ni la innovación educativa, ya puestos, me parece importante. Pido perdón de nuevo, no vaya a ser que mañana me despidan de mi actual puesto de trabajo.

Yo estoy en el negocio del aprendizaje. A través de la enseñanza obligatoria en la escuela pública, para ser exactos. Y lo demás es literatura. O herramientas. O complementos. O misiones heroicas. O grandes palabras. O tonterías.

Y es que pierdo el norte leyendo blogs, twits, presentaciones y otras bellas flores.

Bueno, ya lo dije. Disculpad.

Antoine de La Garanderie murió hace unos meses. Si su nombre no te suena, no lo busques ni en Google, ni en la Wikipedia. No innovó, ni en metodología, ni en tecnología. Simplemente fue uno de los cuatro o cinco mayores pedagogos que dio Francia el siglo pasado. No fue de izquierdas, como Freinet o Meirieu. Ser pedagogo y francés y cristiano y de derechas no vende. En fin, lo tuvo todo para ser completamente ignorado por la pedagogía progresista y el cognitivismo anglosajón.

Aportó una reflexión y una sabiduría de gran calado sobre la inteligencia y las estrategias de aprendizaje. Anticipó las actuales aportaciones de la psicología cognitiva, las neurociencias o las inteligencias múltiples. Practicó y enseñó el diálogo pedagógico, la introspección cognitiva, la fe inquebrantable en que todos –absolutamente todos- podemos aprender y cultivó la pedagogía de los medios de aprendizaje. Empezó a escribir sobre pedagogía cumplidos los cincuenta, cuando creyó que su pensamiento había madurado lo suficiente!

LA GARANDERIE, Antoine de (1974)
Une pédagogie de l'entraide
Paris, 1974; Éditions Ouvrières

LA GARANDERIE, Antoine de (1980)
Los perfiles pedagógicos. Descubrir las aptitudes escolares
Madrid, 1983; Ediciones Narcea

LA GARANDERIE, Antoine de (1982)
Pedagogia dels mitjans d'aprendre
Barcelona 1990; Editorial Barcanova

LA GARANDERIE, Antoine de (1984)
Le dialogue pédagogique avec l'élève
París, 1984; Editions du Centurion

LA GARANDERIE, Antoine de (1987)
Comprendre i imaginar
Barcelona, 1990; Ed. Barcanova

LA GARANDERIE, Antoine de (1989)
Défense et illustration de l'introspection au service de la Gestion Mentale
París, 1989; Editions du Centurion

LA GARANDERIE, Antoine de (1990)
Pour une pédagogie de l'intelligence
París, 1990 ; Editions du Centurion; (Bayard éditions,1990)

LA GARANDERIE, Antoine de (1991)
La motivation. Son éveil , son développement
París, 1991; Editions du Centurion (Bayard éditions, 1990)

LA GARANDERIE, Antoine de & TINGRY, Elisabeth (1991)
On peut tous toujours réussir. Le projet pour chacun
París, 1991; Editions du Centurion

LA GARANDERIE, A. & ARQUIÉ, D. (1994)
Réussir, ça s’apprend. Un guide pour tous les parents
París, 1994; Bayard Éditions

LA GARANDERIE, Antoine de (1995)
L'intuition. De la perception au concept
París, 1995; Bayard Éditions

LA GARANDERIE, Antoine de (1997)
Critique de la raison pédagogique
París, 1997; Nathan Éditions

LA GARANDERIE, Antoine de (1999)
Apprendre sans peur
Lyon, 1999; Ed. Chronique Sociale

LA GARANDERIE, Antoine de (2001)
Les grands projets de nos petits.
París, 2001; Bayard Éditions

LA GARANDERIE, Antoine de (2002)
Comprendre les chemins de la connaissance.
Lyon, 2002; Ed. Chronique Sociale

LA GARANDERIE, Antoine de (2004)
Plaisir de connaître. Bonheur d'être: une pédagogie de l’accompagnement
Lyon, 2004; Ed. Chronique Sociale

LA GARANDERIE, Antoine de (2006)
Renforcer l'éveil au sens: des chemins pour apprendre
Lyon, 2006; Ed. Chronique Sociale

Formación tecnológica

El ciclo de uso de los dispositivos digitales es muy corto. Y el del programario, no digamos. Esto significa que adoptar una tecnología requiere una actitud de permanente “actualización”, de aprendizaje continuo. Y todos sabemos que aprender requiere tiempo y esfuerzo, bienes escasos. Añadamos que la formación, sea formal o informal, suele formar parte de los extras en la jornada laboral de los docentes. En efecto, tenemos un problema.

A veces, los colegas me preguntan si vale la pena aprender Moodle, aprender a editar wikis o blogs, aprender a usar los programas de las pizarras digitales interactivas, etc. No hay una respuesta correcta, pero debería haber ciertos criterios generales para tomar decisiones sobre la propia formación tecnológica. ¿Podrían ser estos?

1. Aprende tecnología que resuelva una carestía existente. Nada de crear nuevas necesidades. Recuerda: vas escaso de tiempo y atención. Distingue la exploración tecnológica de la adopción tecnológica. Rectificar (rápido) es de sabios.

2. Aprende tecnología de fácil manejo, a menos que tengas plenamente garantizada su utilidad a medio plazo. Haz un razonamiento estrictamente económico de esfuerzos versus beneficios. Si vas a administrar un EVA, a programar en Scratch, a editar partituras en Finale,... considéralo una inversión a medio plazo. Valora los riesgos de tu inversión.

3. Aprende tecnología que puedas usar inmediatamente, aunque sea a un nivel muy elemental. Nada de "formación preventiva”, que solamente sirve para acumular méritos de cara a la promoción profesional... Si en tu centro no hay moodle, nada de moodle. Si no dispones de acceso fácil a Internet, déjate de wikis o blogs.

4. Aprende tecnología vinculada a una comunidad de práctica. Si son tus colegas de centro, mejor, pero no es imprescindible. La red puede proporcionarte soporte a base de tutoriales, foros de debate o apoyo en línea. Esto te obliga a adoptar tecnologías maduras, pero también minimiza los riesgos y optimiza tus esfuerzos. Ojo con el último alarido TIC y los programas de moda.

5. Aprende tecnología que requiera las mínimas instalaciones, altas, perfiles, etc. Especialmente si vas a involucrar a tus alumnos o a tus colegas. Los alumnos pronto estarán hartos de darse de alta, publicitar su correo electrónico o crear perfiles. Si puedes emplear educativamente “su” tecnología, mucho mejor.

6. Aprende tecnología que se valga de formatos estándar –reales o “de facto”- o que sea fácilmente transferible a otros formatos. Huye del programario específico para un dispositivo concreto, los matrimonios de conveniencia se convierten en cárceles.
http://www.flickr.com/photos/klash/513161846/

Sobre la asistencia a cursos, soy más bien escéptico. Creo que la inmersión tecnológica acaba siendo la mejor formación posible en relación coste/beneficio. Aunque he visto que en muchos casos los cursillos sirven para quitar el miedo y eso es muy necesario. En este sentido es más determinante la calidad del formador que el contenido del curso.

Acaso la única formación que se necesita realmente sea promover un cambio de chip para asumir con naturalidad el aprendizaje permanente tecnológico autorregulado, empleando tiempo y atención en pequeñas dosis efectivas. Acaso el único curso de formación tecnológica que deberíamos impartir sería uno llamado “Sapere aude. Tu primer y último cursillo TIC”.

lunes, 12 de diciembre de 2011

LOS HORARIOS

 
Establecer y seguir un horario determinado debería hacerse considerando los tres tipos de variables siguientes: higiénico-biológicas, pedagógicas y socioculturales.
·         Desde el punto de vista higiénico-biológico debería tenerse en cuenta que:
- Los días centrales de la semana, de martes a jueves. suelen ser los más idóneos para un mejor rendimiento intelectual.
-Debe programarse el trabajo escolar considerando las fluctuaciones en los niveles de atención.
-La duración de la jornada debería oscilar entre 2 horas (6- 7 años) y 6 horas (12-
14 años). El tiempo continuado de actividad sería entre 15-20 y 40-50 minutos. La recuperación física y mental se consigue con pausas de descanso de 0-10 minutos, los cambios de actividad o la presencia de recreos.
- Un currículum fragmentado en muchas materias obliga a la variedad constante de la actividad y puede romper el ritmo de trabajo y los procesos de aprendizaje.
Trabajar de forma globalizada o con un alto grado de relación entre las disciplinas y las actividades puede ser una solución útil.
- La localización de las materias a lo largo de la jornada y del horario debería tener presente el grado de fatiga que supone su dificultad o grado de abstracción y con la curva del cansancio de los estudiantes que puede establecerse a lo largo de la jornada y de la semana. Las materias de alta fatiga (matemáticas, aspectos normativos del lenguaje...) o las que producen menor cansancio (Sociales. Naturales, Plástica...) deben situarse de manera que las capacidades de los estudiantes puedan desarrollarse sin las trabas derivadas de una concentración de tareas pesadas en tiempos sucesivos o en momentos inadecuados.
-Resulta imprescindible un período de relajación después del mediodía para los alumnos de educación infantil y primeras edades de educación primaria.
- Conviene alternar la promoción de aprendizajes relacionados con la modalidad de procesamiento de la información: el hemisferio izquierdo en trabajos de tipo verbal (palabras, secuencia verbal, etc.) y el hemisferio derecho en trabajos de tipo espacial (imágenes, conjuntos, conexiones, etc.).
Considerar las recomendaciones que hemos venido enumerando ayuda a que las actividades de enseñanza-aprendizaje se desarrollen en el momento adecuado. A pesar de ello, se ha de tener en cuenta que, a menudo, los condicionantes organizativos (agrupamiento de alumnos, horario del profesorado. actividades externas, re- cursos existentes. Trabajo de los profesores, etc.) y las exigencias curriculares obligan a introducir otros criterios no siempre compatibles con los estrictamente higiénico-biológicos.
·         Desde el punto de vista pedagógico podrían aconsejarse, entre otras. las siguientes actuaciones:
-Introducir criterios de flexibilidad que permitan:
o Alterar la duración de las unidades de trabajo.
o Alterar su localización en el calendario y en el horario.
o Posibilitar el trabajo de diferentes alumnos en la realización de diferentes unidades de trabajo.
o Incorporar espacios de libre disposición o para intervenciones de carácter ocasional.
o Posibilitar que los estudiantes organicen parte de su tiempo.
o Cambiar los horarios cada cierto tiempo como expresión del cambio de actividad didáctica.
o Facilitar el agrupamiento entre clases.
o Facilitar el trabajo del profesorado (planificación, revisión,...) y posibilitar substituciones en horarios que tienen módulos similares.
·         Desde el punto de vista sociocultural. Más allá de las posibilidades y limitaciones que imponen las realidades biológica, psicológica o pedagógica, existe un conjunto de circunstancias de carácter social que actúan como marco que las condiciona. Algunas de estas variables de carácter sociocultural son:
-Las condiciones que impone la normativa externa al centro. 
- El contexto geográfico, que puede aconsejar respuestas diferentes en función de si existe o no transporte escolar; si nos situamos en una zona de clima riguroso o benigno; si existe comedor. etc.
- Costumbres sociales que introducen días festivos o alteran el programa de trabajo para la realización de actividades académicas de proyección social (festivales, exposiciones, etc.), celebración de acontecimientos, visitas u otras actividades.
- Necesidades sociales, como las que han obligado en algunos casos a establecer horarios intensivos para atender varios turnos escolares por carencia o insuficiencia de edificios o espacios o por cambios en la estructura del sistema educativo y las consiguientes transformaciones de centros...; el desarrollo de actividades comunitarias: actos electorales, visitas, etc.
- Situaciones políticas que dan lugar a determinados pactos sobre el calendario o el horario.
Este conjunto de condicionantes socioculturales son los que, en último extremo, justifican que se mantenga un mismo horario para las diferentes edades de una misma etapa educativa o que se mantenga la diferencia entre año escolar y año natural.

FACTORES QUE INFLUYEN EN EL ESPACIO ESCOLAR

A) Factores externos.

- El lugar donde se encuentra el centro.
- El número de alumnos que hay en el colegio o el crecimiento vegetativo de la zona.
- Los factores económicos, se deben buscar centros cuyos costes sean bajos en construcción.
- El acceso, el paln de evacuación del colegio, etc...


B) Factores internos.

- Tener suficientes espacios e instalaciones.
- Facilitar y fomentar las relaciones entre los profesore sy alumnos, los propios alumnos, profesores y padres...
- Posibilidad de proyectarse en el medio social.
- Disponer de aulas para diversas actividades como aulas de tutoría, de usos múltiples, la biblioteca o el gimnasio entre otros muchos.


El espacio escolar debe reunir las siguientes condiciones:

- Ampliable: debe ser expansible en su expansión.
- Convertible: para que se puedan dar cambios fáciles, poco costosos...
- Polivalente: permite la diversidad de funciones que exige el trabajo cotidiano.
- Variado: así se integrarán todas las personalidades de los alumnos.
- Interrrelacionado: para que se produzca una comunicación entre los distintos sectores.

EL ESPACIO ESCOLAR

Es el marco físico en el que se desarrollan las situaciones de aprendizaje de los alumnos, éste proporciona estímulos para el proceso de aprendizaje convirtiéndose en un poderoso factor educativo.

Las funciones principales del espacio escolar son:

- Tener unas adecuadas condiciones higiénicas como iluminación, aireación, climatización y asientamiento acústico.
- Crear un ámbiente agradable.
- Desarrollar relaciones interpresonales.
- Facilitar las funciones del currículum.

lunes, 28 de noviembre de 2011

EL TRABAJO POR RINCONES




El trabajo por rincones es una forma de organización del aula y de una metodología de trabajo y de enseñanza para el alumnado que podemos adoptar cuando seamos futuros docentes. Así tendremos distribuidos por la clase los diferentes temas y asignaturas que queramos impartir a nuestros alumnos durante el curso. Este método es más práctico para alumnos de infantil o de primer ciclo de primaria.

BIENVENIDO A BORDO, GRUMETE!

Bienvenido al cuerpo docente, grumete! Sí, digo grumete, estimado profesor o profesora novel: inexperto, ingenuo, asustadizo, ilusionado, ansioso, curioso y ambicioso. Nosotros nos encontramos en esta situación, a tus compañeros y alumnos, no finjas lo que no eres, ni vendas lo que no tienes: experiencia, sabiduría, seguridad y autocontrol. Sé valiente y honesto: aunque aspiras a ser un gran navegante, hoy por hoy, eres un grumete. Y a mucha honra!


- Aprende de los mayores. Pero de los verdaderos hombres y mujeres de mar. Se distinguen con facilidad, pues aman a sus alumnos tanto como aman a su disciplina académica. Conversa, interroga, observa su trabajo... Y evita a los conspiradores doloridos, a los murmuradores solitarios, a los escépticos elocuentes y a los desencantados silenciosos. Ni enseñan, ni dejan enseñar.

- Asume pronto que el trayecto será largo y difícil. Pero ten presente que este primer viaje anual será para siempre inolvidable y único. Dejará heridas y tatuajes de amor indelebles. Saborea su misterioso bascular entre el entusiasmo y la desesperación y disfrutarás del trayecto.

- No te juzgues, ni juzgues a los demás. Trata por todos los medios de comprender. Para ello deberás mirar con ojos de grumete y desconfiar de los prejuicios y tópicos educativos, que no te permitirán pensar en libertad.

- Exígete sin tregua, pero jamás te culpabilices. Vela por los pormenores, atiende los detalles, pues en la buena ejecución y en la autoexigencia alcanzarás, con los años, la excelencia. Muchos todavía estamos en el camino, muy, muy lejos de ella y en ello seguimos…

- Y, por encima de todo, ama lo que haces. No te avergüences jamás de tu pasión y entrega, pues esa es la madera con la que se forjan los grandes capitanes.